Las enfermedades crónicas que implican tratamientos continuos y malestares frecuentes pueden influir en la motivación para interactuar socialmente. Condiciones como la artritis, el cáncer u otras enfermedades de larga duración pueden fomentar un estado de reclusión y soledad. Cómo solucionarlo. El entrenamiento en inteligencia emocional es una buena guisa, https://collinonkfz.weblogco.com/32407409/un-arma-secreta-para-construir-relaciones-fuertes